El tema del concepto del "niño genio" es algo muy usado en la ficción, por ello es algo a lo que hay darle una vuelta original, cosa que supo hacer Digimon Ghost Game con Kiyoshirō Higashimitarai.
Kiyoshirō es un estudiante de la Academia Hazakura, sin embargo, este no es un joven cualquiera, ya que él ya es incluso más que un joven graduado.
Esto, porque Kiyoshirō es un prodigio académico, se graduó de la universidad aún siendo un adolescente y su inteligencia es tanta que trabaja asesorando a grandes empresas en sus avances tecnológicos e innovaciones.
Sin embargo, a pesar de ello el joven es bastante inseguro y cobarde, llegando incluso a arrojarse a creencias como amuletos y otro tipo de supersticiones para evadir supuestos peligros aún siendo un hombre de ciencia.
Además, él posee, o más bien "padece", el llamado Chūnibyō, termino usado para referirse a los adolescentes con una necesidad extrema de destacar, al punto de autoconvencerse de poseer habilidades y talentos ocultos, por lo que buscan aparentar una actitud de chico rudo o misterioso.
Y esto es más que nada porque, a pesar de su genio académico, Kiyoshirō también es un otaku, y esto ha influido a gran nivel en su vida personal.
El joven pudo tener una vida de ensueño en Estados Unidos, lugar en el cual estudió gracias a una beca académica, para volver a Japón para vivir el sueño de ser un joven estudiante como en sus series favoritas de anime
Eso sí, la vida le depararía una sorpresa, ya que lo reuniría con Jellymon, un digimon con una actitud bastante dominante que lo ayudaría encontrar la motivación de dar los pasos necesarios para transformarse en un héroe.
Kiyoshirō Higashimitarai es un personaje bastante llamativo y que, a pesar de nacer de un concepto cliché, supieron darle un giro bastante original.